LA
ADOLESCENCIA . Modelos de ajuste persona-contexto.
Estos
modelos consideran el desarrollo del adolescente como una interacción dinámica
de las características del individuo y de su entorno. Los adolescentes provocan
diferentes reacciones de su entorno como resultado de sus características
físicas y comportamentales y los contextos contribuyen al desarrollo individual
a través del feedback que proporcionan al adolescente. La calidad de este
feedback depende del grado de ajuste entre las características del individuo y
las expectativas, valores y preferencias del contexto social. El desarrollo
problemático deriva de un desajuste entre las necesidades del desarrollo de los
adolescentes y las oportunidades que les proporcionan sus contextos sociales.
El modelo de ajuste persona-entorno se incrementa en complejidad al reconocer
que puede haber variabilidad en el grado de ajuste entre un adolescente y
múltiples contextos (p. ej. escuela, grupo de iguales, familia) al mismo tiempo.
Además, las expectativas y demandas de estos contextos pueden estar o no en
sincronía unos con otros.
Un
desajuste puede darse en forma de expectativas o demandas del entorno que
exceden las capacidades evolutivas del individuo. Algunas demandas que cambian
las capacidades adaptativas actuales pueden proporcionar un estímulo y
oportunidad para el desarrollo de nuevas competencias, mientras otras demandas
pueden superar las capacidades del adolescente y pueden provocar altos niveles
de estrés y desorden. Además, los desajustes entre las demandas del entorno y las
capacidades adaptativas del individuo pueden mostrar diferentes efectos a corto
y largo plazo.
Por
otra parte, según Frydenberg), la adolescencia se ha investigado desde dos
amplias perspectivas: la del desarrollo y la del ciclo vital. La perspectiva
del desarrollo, en la que la adolescencia se considera a partir del
contexto familiar, ha estado íntimamente vinculada con la teoría psicoanalítica
y la teoría del aprendizaje social.
Tradicionalmente
se centra en la madurez del individuo, los conflictos y la identificación. Esta
perspectiva se centra en cambios específicos que ocurren en los dominios
biológico, cognitivo, psicológico y social.
Se
caracteriza por la investigación en función de la edad, hecho que ha sido
considerado por algunos autores una forma limitada de investigar las
percepciones que el adolescente posee de sí mismo y de su ambiente). En
contraste, la perspectiva del ciclo vital más que una teoría es una
orientación. El desarrollo es considerado como un proceso a lo largo de la vida
en el que, como principio general, no se asume ningún estado de madurez especial.
La edad no es considerada como una variable del desarrollo, sino como una
variable indicadora. El proceso de crecimiento psicológico continúa a lo largo
del desarrollo vital.
Dentro
de esta perspectiva del ciclo vital, la adolescencia puede percibirse como un
producto del desarrollo del niño y como un precursor del desarrollo del adulto.
No es un período aislado de la vida sino una parte importante de un continuo ciclo
vital.
La
perspectiva del ciclo vital parte de tres premisas principales:
(1)
El desarrollo es influido por el contexto en el que tiene lugar. La escuela, la
familia y el grupo de iguales influyen en el desarrollo del adolescente.
(2)
Las interacciones entre los individuos y su contexto implican una influencia
recíproca. Es decir, los individuos influyen en el contexto en el que se
encuentran.
(3)
Las interacciones continuas entre el individuo y los diferentes contextos
sociales son transaccionales; tanto los contextos sociales como el desarrollo individual
pueden cambiar a lo largo del tiempo. Las continuidades o discontinuidades en
el desarrollo individual están influidas por la estabilidad y cambio en el
contexto en el que tiene lugar el desarrollo; el desarrollo individual ocurre
en el contexto del cambio social.
La
perspectiva del ciclo vital puede incluir perspectivas tales como la del
desarrollo y la ecológica; es una perspectiva interdisciplinar.
Según
Frydenberg, esta perspectiva, desde la que se investiga la adolescencia como
una circunstancia en el desarrollo vital, puede constituirse en un marco
apropiado para comprender las relaciones entre los jóvenes, la educación y el
contexto social.
Cambios
en el desarrollo
Una
de las principales diferencias entre la adolescencia y otros periodos del
desarrollo vital es el particular incremento de cambios que debe afrontar el
individuo. Por una parte, el adolescente debe enfrentar el desarrollo de su
identidad, incrementar su autonomía o la integración en el grupo de iguales.
Por otra parte, este periodo se caracteriza por importantes cambios
fisiológicos y por un marcado desarrollo cognitivo. El grado en el que la
transición se experimente como estresante dependerá del impacto e interrelación
entre los determinantes individuales y los determinantes situacionales. Estos
cambios se articulan en tres áreas, fundamentalmente:
1.-cambios
en el desarrollo físico/biológico,
2.-cambios
en el desarrollo psicológico y
3.-cambios
en el desarrollo social.
Cambios
en el desarrollo físico/biológico
En
la pubertad se producen cambios biológicos que incluyen el crecimiento y
desarrollo de los órganos sexuales así como los cambios continuos en la forma y
tamaño del cuerpo. Mientras que, generalmente, se piensa que los cambios
biológicos se dan por completo en el período de la pubertad, existe un
desarrollo continuo a lo largo de la adolescencia en cuanto a madurez y
crecimiento físico .La gran cantidad de cambios que comienzan con la pubertad
continúan influyendo al individuo más allá de su inicio. Estos cambios
corporales y hormonales están consistentemente relacionados con procesos
psicológicos y sociales (Coleman, 1987). En este sentido, la relación entre
pubertad, estado de ánimo y conducta es un área muy activa de investigación. La
evidencia empírica sugiere que los cambios hormonales se encuentran
relacionados con los estados de ánimo y el comportamiento, aunque estas
relaciones son complejas. Estas relaciones parecen diferir en función del
género, la edad, los tipos de hormonas y su interacción entre ellas y el
estatus puberal.
El
desarrollo biológico, además, tiene unas importantes implicaciones sociales.
Así, el impacto evolutivo de los cambios hormonales en la conducta y la emoción
está en parte mediado por las respuestas que los cambios puberales elicitan de
los otros en el contexto social. Específicamente, parece que el comienzo
temprano o tardío de la pubertad en relación con el momento en que se produce este
evento para el grupo de iguales es un importante predictor del ajuste
conductual y emocional.
En
cuanto a las relaciones familiares, la pubertad parece tener un impacto
predecible, aunque esta asociación está modulada por una variedad de factores
entre los que se incluyen el género del niño, edad en que se alcanzó la
pubertad y la estructura familiar.
Cambios
en el desarrollo psicológico
Desarrollo
cognitivo. El
desarrollo cognitivo es otra área de importantes cambios durante la
adolescencia (Piaget).
Durante
esta fase se desarrolla el pensamiento abstracto. Sin embargo, aunque esta
forma de pensamiento aparece típicamente durante la primera adolescencia,
muchos adolescentes y adultos nunca manifiestan la capacidad de pensar de forma
abstracta.
Las
preocupaciones que los adolescentes expresan y el uso que hacen de sus
estrategias de afrontamiento incluyen un rango de estilos cognitivos y
habilidades que reflejan diferentes niveles de pensamiento concreto y
abstracto. En cuanto a la adquisición del pensamiento formal, Piaget y sus
seguidores consideran que en la adolescencia se culmina el desarrollo cognitivo
que se inicia con el nacimiento y cuyos estadios se pueden observar en el curso
del desarrollo infantil. En este estadio el individuo desarrolla la capacidad de
razonar en términos proposicionales y es capaz de tratar problemas abstractos,
basarse en hipótesis, en posibilidades puramente teóricas, en relaciones
lógicas, sin preocuparse por la realidad. Es capaz de emplear la lógica formal,
independientemente de todo contenido. Lo posible prevalece sobre lo real, el
pensamiento está en condiciones de combinar las operaciones entre sí: una
capacidad que permite integrar lo real en el ámbito de lo posible.
Estrechamente asociado a la capacidad cognitiva de elaborar operaciones
formales, aparece el desarrollo de la conciencia moral.
Razonamiento
moral.
El razonamiento moral se desarrolla durante la adolescencia de manera que
aparece una creciente preocupación por cuestiones de orden social. Se ha
considerado que este desarrollo es más pronunciado en hombres que en mujeres.
El desarrollo moral de las mujeres se caracteriza por un mayor énfasis en las
relaciones interpersonales. De acuerdo con Kohlberg (1973), lo que distingue el
razonamiento moral postconvencional -el
esfuerzo de los adolescentes por definir sus propias reglas morales en lugar de
acatar simplemente las normas del grupo o de un individuo en particular- del razonamiento
preadolescente que se encuentra en el nivel concreto, en que cada individuo
reconoce que existe un contrato recíproco implícito entre el individuo y la
sociedad. Además, durante esta fase existe un desarrollo posterior de
principios, conciencia y juicios morales.
Cambios
en el desarrollo social
Durante
la adolescencia, los individuos se desplazan desde la primordial influencia de
la familia, que es clara y evidente en la infancia, a la influencia creciente
de los iguales. Sin embargo, no tiene por qué haber necesariamente conflictos
de influencia entre familia y grupo de iguales. En una primera fase, el
adolescente encuentra apoyo en grupos de pertenencia del mismo género, donde el
resto de miembros comparten desarrollos fisiológicos similares. Durante la
adolescencia media existe con frecuencia un acercamiento a los iguales del otro
género, manteniéndose la unión con grupos del mismo género. Sin embargo, a
medida que la adolescencia avanza, existe un acercamiento creciente hacia las relaciones
de intimidad con el género opuesto, lo cual implica a su vez un cambio en los
modelos de las relaciones con el mismo género.