DENTRO DE CADA ADULTO HAY UN NIÑO
Un padre regañaba a su hijo por estar jugando de forma ruidosa y molesta,
lo hacía con la voz fuerte y explosiva, el dedo levantado, con actitud
amenazante,... entonces llamaron al timbre, eran unos amigos que querían ver el
partido de fútbol, su actitud fue cambiando, sus gestos se suavizaron, saludó a
cada uno, ofreció asientos,... empezó el partido y su equipo marcó gol, saltó
entusiasmado de la silla gritando ¡gooooollll!.
(En cada uno de estos momentos estuvieron activos distintos estados de su
Yo).
Berne (1961) define los estados del Yo como "sistemas coherentes de
pensamiento y sentimiento manifestados por los correspondientes patrones de
conducta". Todos los seres humanos manifiestan tres estados del Yo:
1- Uno derivado de los padres que ha tenido y por ello llamado estado Padre
del Yo y que contiene las actitudes y el comportamiento incorporados de
procedencia externa. En él la persona siente, piensa, actúa, habla y responde
igual que lo hacía su padre o su madre cuando él era pequeño.
2- Otro es el estado del Yo en el que la persona aprecia la realidad
presente de forma objetiva, con un sentido adecuado, de forma organizada,
apreciando objetivamente lo que le rodea, calculando las posibilidades y las
probabilidades sobre la base de su experiencia y conocimientos; es este el
estado Adulto del Yo.
3- El tercero es el estado Niño del Yo, contiene todos los impulsos
naturales a la vez que las grabaciones de sus primeras experiencias, de cómo
respondió a ellas y de las posiciones que adoptó con relación a él mismo y a
los demás; o de otro modo, es la parte de la persona que siente piensa, actúa,
habla y responde igual que lo hacía él/ella cuando era un niño/niña de cierta
edad.
Cómo nota aclaratoria resulta importante especificar que cuando escribimos
"niño","adulto","padre" con letra minúscula nos referimos
a persona real, a individuo. Lo hacemos con mayúscula cuando se refiere al
estado correspondiente del Yo.
ESTADO PADRE DEL YO
Para bien o para mal, los padres son modelos fundamentales en la formación
de la personalidad de los hijos: sus principios e ideas básicas acerca de la
vida, sus pautas de comportamiento, las normas, reglas y leyes de convivencia,
lo que se debe y no se debe hacer en cada momento, el cómo, cuándo y dónde de
las diversas acciones, las advertencias fundamentales,... se van a ir grabando
en su hijo contribuyendo de una manera muy importante en la formación de su
personalidad. Además esto va a ocurrir de una forma global; de tal modo que,
por ejemplo, cuando un padre oculta realidad al hijo influirá de varias maneras
y una de ellas va a ser enseñándole que en diversas situaciones vale mentir.
El estado Padre del Yo es el que contiene esa serie de creencias, valores,
actitudes, etc... de los padres. Y no sólo eso, cosas tan triviales como la
forma de cocinar un plato, la manera de hacerse el nudo de la corbata, el modo
de celebrar un cumpleaños, cómo educar a los hijos, etc... Casi sin que el
propio sujeto sea consciente de ello se van a integrar en su personalidad
formando este estado del Yo.
En términos generales el Padre contiene todas las pautas aprendidas sin
mediar empeño, método ni esfuerzo, simplemente adquiridas a base de ver como
eran activadas por las personas importantes, de prestigio y autoridad, que nos
rodearon cuando éramos pequeños. Por estas razones los contenidos del Padre
suelen ser estereotipados, maximalistas y, a veces, dogmáticos e intransigentes
o simplemente convencionales.
Es una serie de grabaciones verbales y no verbales de las figuras
parentales, cuya importancia es máxima en la primera infancia, debido a nuestro
desvalimiento, vulnerabilidad y dependencia. En la medida en que vamos
creciendo esa influencia de los demás va disminuyendo, pero siempre persiste en
diversos grados en cualquier edad. El estado Padre del Yo se inicia alrededor
de los 8 años de acuerdo con el desarrollo cerebral y sigue
completándose durante toda la vida. de ahí la posibilidad de reparentalización
cuando aquella fue inadecuada o problemática en cualquier forma.
La forma en que las grabaciones se van registrando en el cerebro a lo largo
de la vida siguen 2 mecanismos diferentes.
La grabación directa que ocurre cuando la información es grabada
directamente sin el análisis previo del Adulto del individuo de la exactitud o
utilidad de tal mensaje. (Todas esas órdenes internas de las que no se sabe
bien el por qué y a pesar de ello se siguen cumpliendo están en este grupo).
Ejemplos:
× "Ordena tu habitación" (sin más explicaciones)
× "Se come sentado"
× "Comiendo no se canta"
× La hora de acostarse es las diez
× Los gitanos solo sirven para cantar
× Todos los hombres/mujeres son iguales
× Se nace para sufrir
La grabación indirecta es cuando el sujeto dispone de un
estado Adulto adecuado con el que analiza el mensaje parental que se le dirige,
decidiendo si es conveniente, confiable y válido; así como si lo incorporará o
no a su Padre.
Hay que pensar que en la infancia, por tener un Adulto poco desarrollado,
la mayoría de las grabaciones son directas. Sin embargo, en personas mayores de
edad es muy frecuente que se "traguen", sin análisis, multitud de
ideas, pensamientos, imágenes, valores, principios, etc. de forma directa y sin
utilizar ese Adulto que poseen. (Muchos partidos políticos, religiones, sectas,
clubes, etc. entienden mucho de como conseguir que así sea).
Ejemplos:
× La fijación de objetivos en una empresa
× Los horarios de una familia
× Las normas de créditos de un banco
Lo bueno de estos procedimientos es que al ser fijados por el Adulto pueden
ser modificado, no son tajantes y dogmáticos. Así es posible:
× Cambiar los objetivos debido a una nueva ley
× Dejar que hoy los niños se acuesten tarde ya que es...
× Dar un crédito especial a un cliente especial
Es importante que la persona utilice su Adulto para fijar las normas o
leyes que regirán su vida o sus propósitos. Una vez estudiadas y decididas las
más convenientes se adoptan y ubican en el Padre interno dejando libre el
Adulto para otras cuestiones.
ESTADO ADULTO DEL YO
No guarda relación con la edad de la persona. Está orientado hacia la
realidad presente y la recolección objetiva de información. Es organizado,
adaptable e inteligente, y funciona poniendo a prueba la realidad, estimando
probabilidades y calculando de forma absolutamente desapasionada. Dicho de otro
modo, es la capacidad de la persona de una probatura adecuada de la realidad.
Berne (1961) ha dicho que "el estado Adulto del yo se caracteriza por
una serie autónoma de sentimientos, actitudes y normas de conducta que se
adaptan a la realidad corriente y que no están afectados por prejuicios
Paternales o por actitudes arcaicas dejadas en él desde la infancia... El
Adulto es el estado del yo que hace posible la supervivencia".
El Adulto recopila información de fuentes internas: sus propios datos, los
contenidos del Padre y los del Niño; y de fuentes externas a través de los
sentidos, de lo cenestésico (sensaciones y emociones) y lo Kinestésico (desde
nuestros músculos, movimientos, aparato vestibular, etc). Si la información es
exacta y suficiente operará eficazmente logrando deducciones válidas. Sin
embargo, en ocasiones, la presión del Niño o el Padre es tan fuerte que será
vencido a pesar de saber exactamente que es lo que le conviene hacer.
Ejemplo:
Juan es médico, está gordo, tiene colesterol e hipertensión y continua
comiendo y fumando en exceso. Su padre era un fumador empedernido y la madre,
obesa también, lo sobreprotegía para que no sufriera por nada. Su Adulto pierde
la partida, sabe perfectamente lo que es mejor para él pero no lo hace.
Modelo ideal de respuesta
Según Berne, el Adulto cuenta con una triple fuente de información:
1.- Su propio banco de datos
2.- El Padre interno (normas, valores, modelos externos)
3.- El Niño (sensaciones, emociones, intuición, experiencias)
Cuando un estímulo llega al Adulto entrará en comunicación con sus propios
datos y con los de los otros dos estados de su YO. La decisión final resultará
de la computación de todos los datos.
Ejemplo:
Estímulo externo: el conductor de otro vehículo nos insulta
Padre interno: "Romperle la cara" (de un padre peleante)
No lo escuches (de madre sobreprotectora)
Adulto: Si me peleo puedo ganar y perder. Si gano puedo ir preso, si pierdo
al hospital
Niño: mezcla de rabia, miedo, excitación y recuerdos de experiencias
similares
Las decisiones podrán ser:
× Seguir ignorando el estímulo
× Gritarle otro insulto
× Pelear
× Darle consejos
× etc.
Cada respuesta tendrá sus propias consecuencias pero el Adulto tendrá que
decidir en segundos con cual se queda.
La mente no para, los circuitos internos están siempre activos, sin
embargo, no siempre somos conscientes de ello, incluso muchas personas nunca lo
son. Cuando el Adulto no queda informado del contenido los diálogos van del
Padre al Niño y viceversa e, inconscientemente, es como si volviéramos a la
infancia, bajo la poderosa influencia de nuestros padres. Es imperioso que el
Adulto tome cartas en el asunto para imponer la lógica. Para ejercitarnos en
ello será bueno realizar los ejercicios que al final del tema le proponemos
ESTADO NIÑO DEL YO
"Es una serie de sentimientos, actitudes y normas de conducta que son
reliquias de la propia infancia del individuo". (Berne 1961).
En el Niño están los componentes biológicos de la personalidad como son el
sexo, la estatura, la inteligencia, el color de ojos o de cabello. También en
él se encuentran sus primeras experiencias, sus modos de abordar la realidad,
su creatividad, su intuición, su curiosidad, su ingenio,... Contiene todos los
impulsos naturales junto con todas las grabaciones recibidas en la infancia,
las primeras experiencias, las reacciones que experimentó, las respuestas que
dio, las "posturas" que asumió con respecto a sí mismo o a los demás.
En definitiva, el estado Niño del yo es el que contiene todo lo que era el
individuo cuando niño.
El Niño es el primer estado del Yo en aparecer. A partir de él se
diferencian más tarde el Adulto y, finalmente, el Padre.
Aunque su tipo de pensamiento es mágico (cree en lo irracional, la
superstición, por lo cual gran parte de la población en la que predomina el
Niño es víctima de charlatanes, adivinos, curanderos, etc.) también detenta
curiosidad, creatividad, intuición, captación global de las cosas, personas y
situaciones. Es lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros, lo que nos gusta
hacer. Emplea un lenguaje simple y transmite y capta una gran riqueza de
mensajes no verbales (gestos, tonos de voz, miradas, tono muscular, ritmo
respiratorio, cambios en el color de la piel) muchos de los cuales no son
percibidos ni por el emisor ni por el receptor, pero tienen un importantísimo
efecto en la comunicación.
CASO ILUSTRATIVO
Un padre de familia deseaba llevar a su hijo a un determinado colegio con
el fin de que recibiera una adecuada educación pero fue aconsejado de que lo
investigase cuidadosamente. El colegio tenía un sistema de enseñanza un tanto
informal y de vanguardia en el que fundamentalmente se estimulaba la
creatividad. Al ver el colegio y recibir las explicaciones de su funcionamiento
fue fácil observar en él tres reacciones diferentes: en primer lugar frunció el
ceño y dijo "no creo que ningún niño pueda aprender nada aquí, y más con
este desorden". Posteriormente sus gestos se suavizaron y mientras
reflexionaba se decía: "antes de decidir voy a informarme bien y a hablar
con padres de alumnos para averiguar la evolución escolar". Mientras
seguía pensando su cara se suavizó aún más y esgrimiendo una sonrisa se dijo:
"cómo me hubiese gustado ir a un colegio como este".
Al analizar con esta persona sus distintas observaciones se vio claramente
como en la primera reconocía la reacción de su propio padre; en la segunda era
su Adulto el que buscaba la mayor información; la tercera era la de su Niño que
recordaba sus propias experiencias escolares poco felices.
Según el análisis estructural, cada persona puede responder a un estímulo
especifico en formas muy diferentes desde cada uno de los estados del yo.
Veamos algunos ejemplos para facilitar la comprensión a la hora de distinguir
desde que estado del yo están surgiendo nuestras respuestas:
Ante una música rock a todo volumen:
Padre: Y se atreven a decir que ese ruido es música.
Adulto: Esa música tan alta me impide concentrarme.
Niño: Con oírla se me abren las ganas de bailar.
Ante un cuadro abstracto:
Padre: A cuatro manchas le llaman arte.
Adulto: Por la marca que lleva está vendido.
Niño: ¡Oh, qué colores tan bonitos!.
Ante una pelea callejera:
Padre: Son unos energúmenos, tenían que matarse.
Adulto: Voy a llamar a la policía.
Niño: ¡Dale, dale!.
Ante un nuevo conocido que echa el brazo por el
hombro:
Padre: Cuando actúa así no te fíes, algo querrá.
Adulto: ¿Qué significa este gesto?.
Niño: Me dan miedo los desconocidos.
Ante un empleado que llega tarde al trabajo:
Padre: Es usted una gandula, la próxima vez va a la calle.
Adulto: He de informarme de lo ocurrido.
Niño: !Ojalá pudiera yo llegar tarde!.
Ante el despertador por la mañana:
Padre: Tengo que irme a trabajar
Adulto: Son las ocho de la mañana
Niño: ¡Uf, Que sueño¡
En general, no resulta difícil distinguir en que estado del yo se encuentra
la persona en función de su comportamiento o de sus respuestas. O aplicado a
uno mismo, el comprender desde donde estamos funcionando en cada momento. Sin
embargo, en la práctica, el aspecto más difícil de todo lo relacionado con el
análisis estructural de la personalidad es lograr interiorizar "que Niño,
Adulto y Padre no son ideas más o menos útiles, o neologismos interesantes y
fáciles de comprender, sino que se refieren a fenómenos basados en realidades
verdaderas". (Berne 1961).