Terapia
Familiar Sistémica de Virginia Satir
Idea de Comunicación
Comunicación en Satir
Partir de la Autoestima
En El primer paso para ser amado Satir sugiere
comenzar por el reconocimiento de la unicidad de la persona (en su dimensión
corporal, física, social, sexual…). “Al mismo tiempo, cada uno es una
combinación de lo mismo y lo diferente…” Existen tendencias de agrupación por
sexo, gusto, similitudes. La pérdida de la autoestima afecta la capacidad para
gozar de las relaciones interpersonales. En su concepción de persona comparte
los rasgos antropológicos de los enfoques humanista, a saber:
(a) Unicidad e irrepetibilidad: ser humano
idéntico a sí mismo y diferente a los demás;
(b) Responsable: Podemos invocar y apelar; pero
también ser invocados y apelados. Somos capaces de responder a los retos del
exterior. La responsabilidad aplica para todas nuestras capacidades
(responsabilidad para actuar, imaginar, pensar, sentir);
(c) Libertad: la capacidad de elegir la mejor
de las posibilidades; la vida nos esta ofreciendo un sinfín de posibilidades.
La elección de la mejor de ellas es la oportunidad de alcanzar efectivamente
nuestra realización como personas. Y finalmente Capacidad de aprender a amar:
el mejor ejercicio de la libertad tiene encuentro en el amor. Movimiento del
amor: éxodo-libertad-creatividad.
La autoestima —como para la comunicación— existen
obstáculo o mecanismos que van impedir el desarrollo de las potencialidades,
uno de ellos son los juicios que hacemos acerca de la realidad sobre nuestros
mismos; desvelar la imagen de quienes creíamos que somos. El principal temor a
“recorrer el velo” es encontrar algo que nos pueda lastimar. “Lo que no
conozco, no lastima”, luego entonces optamos por la comodidad que genera ese
velo interior sobre nuestro ser real. La autoestima es el sentimiento, las percepciones
de valía que tenemos sobre nosotros mismos.
Ante esta tarea, Satir (1989) despliega una serie de
recursos, imágenes variadas, mecanismos para dialogar y encontrar los diversos
rostros; es lo que la psicopatología llama con otros nombres (neurosis,
obseso-compulsivo, histeria…) y que por la acción pedagógica de la autora se
traduce en figuras, formas, personas en dar vida a la “gran obra de teatro” que
subyace en cada uno de nosotros y sobre la que podemos aprender a tomar el
control mediante la imaginación y la voluntad; en suma es un ejercicio de
concienciación sobre esas voces y roles que están ahí”. La conciencia es otro
nombre del amor; reconocer que no soy quien creía ser y por extensión que
quienes me rodean no se encuentra restringidos por en las cárceles de mis
preconcepciones. Mirarse con nuevos ojos es arriesgarse a ver algo nuevo.
“Creencias y pensamiento nuevos son la fuente principal para abrir nuevas
posibilidades. El siguiente paso es nuestra disposición para arriesgarnos a
explorar estas posibilidades” . El paso más grande que uno
puede dar es arriesgarse a lo desconocido; la preservación de nuestro
estatus-quo particular es una forma de renunciar a nuevas posibilidades y
reproducir esos roles y voces que nos habitan.
Todo cambio
tienes tres fases :
(a) luna de miel, la fase de excitación o ansiedad;
(b) la fase en que las cosas parecen todas confundidas
y ajenas;
(c) la integración, cuando la parte nueva resulta más
cómoda y familiar.
Desde esta
perspectiva un nombre nuevo de la neurosis, puede ser justamente la resistencia
al cambio, lo nuevo lo desconocido; los esfuerzos denodados que hacen las
personas y los sistemas para reproducir y permanecer. La muerte anticipada de
la persona es un esfuerzo por mantener el estatus-quo. En la evolución de una
persona, no existe un solo camino, es una especie de horizonte que va cambiando
y que cada estado demanda nuevos caminos y estrategias conducentes. Aprender
otros caminos para hacer las cosas no es una instrucción automática que
provenga del exterior; se trata de aprender a tomar riesgos y descubrir las
cosas en un entorno de confianza y afecto.
“Enfoque Satir”
Estos conceptos que hemos explicado Satir los ha
llevado a un plano terapéutico al grado que sin exageración podemos hablar de
un “enfoque Satir”.
En su terapia,
la primera hipótesis de la autora se basa en una arraigada fe en que la gente
está capacitada para crecer y cambiar, y es capaz de toda clase de
transformación. Todos los seres humanos llevan consigo todos los recursos que
necesitan para florecer.
Satir supone que la familia es un sistema donde todos
reciben influencias e influyen en todo y todos los demás; la persona y las
concepciones del terapeuta son los elementos más importantes a su disposición.
En la estructura genérica, encontramos tres grandes etapas de la terapia
familiar:
En la primera, se establece contacto y realizar un
contrato de trabajo informal; el terapeuta se reúne con la familia y termina
cuando se considera que ha recopilado suficiente información y ha establecido
la confianza necesaria para proseguir con la siguiente fase.
Posteriormente viene una etapa de “caos” durante la
cual el terapeuta suele intervenir en el sistema para perturbarlo; esta etapa
se caracteriza por la disposición de uno o más miembros de correr el riesgo de
adentrarse en un territorio desconocido.
Finalmente se aspira a una nueva integración,
caracterizada por una sensación de esperanza y la disposición para hacer las
cosas de una manera distinta y nueva; cambian las percepciones que los miembros
tienen sobre el sistema, las formas de comunicación y en suma la “autoestima
familiar”.
En este proceso es muy importante el papel el
terapeuta quien tiene que ser un especialista de la comunicación. Este “promotor
de la comunicación” se forma sobre la base de una serie de compromisos:
En primer lugar si profundo aprecio por la vida en
toda sus manifestaciones, y la fe de que, en condiciones adecuada, toda forma
de vida esta dirigida hacia el crecimiento;
El segundo, la suposición de que los pacientes poseen
las semillas del crecimiento personal;
El tercero, el aprecio de los procesos familiares de
sus luchas y posibilidades.
En todo momento Satir considera las habilidades
terapéuticas humanas deben llevar a un encuentro auténtico con cada integrante
de la familia, con sus emociones, sin importarle cuales sean; la congruencia es
un requisito para estar centrados por lo que una persona con esta característica
toma la responsabilidad de sus sentimientos y no culpa a las influencias
externas de haberlas puesto en su interior también es importante que el
terapeuta sepa cuando pierde la objetividad y en consecuencia el control y su
equilibrio, por lo que la capacidad del facilitador para controlar sus
manifestaciones internas es uno de los elementos terapéuticos mas importantes
que posee.
La forma cómo pueden adquirir habilidades y cualidades
los terapeutas es lograr un compromiso hacia lo que Virginia denomina las
“Siete C” :
Compromiso;
Congruencia,
Compatibilidad,
Competencia,
Cooperación,
Compasión,
Conciencia y
Comunidad
que funcionan como operaciones amplias que promueven
el cambio. Para hacer concreto este esquema Satir menciona los medios y
técnicas, actividades especificas que usa con regularidad y explica que su
aplicación eficaz depende de la comprensión del contexto mayor de su trabajo,
dentro de estos medios y técnicas encontramos actividades experimentales que dan
vida real al sistema familiar como lo son la escultura, la metáfora, el drama,
replanteamiento o refraseo, humor y contacto, posturas de comunicación, estas
posturas dan vida a cinco de los patrones básicos de interacción que se
observan en las familias de cualquier parte del mundo (sistemas de comunicación
adelante referiremos: aplacadora, acusadora o inculpadora calculadora,
irrelevante y congruente), ballet de estrés familiar, familia simulada, las
cuerdas como instrumento terapéutico, autonomía en una relación, reconstrucción
familiar y por ultimo fiesta de las partes.
La idea de comunicación
La comunicación es el factor más importante que
determina el tipo de relaciones que genera con los demás para poder sobrevivir.
“La comunicación es el sentido que la gente da a su propia información."
En Terapia familiar sistémica (1989: 71) la
autora define la comunicación como el proceso de dar y recibir información;
reconoce que para estudiar la comunicación hay que hacerlo también de los
procesos que intervienen:
La conducta verbal y no verbal; las técnicas que las
personas usan para interactuar, los modos para obtener, procesar y emitir
información de acuerdo a distintas finalidades. Una preconcepciones sobre la
comunicación lleva a identificarla únicamente con una dimensión (verbal o no
verbal). En su definición de comunicación, Satir comparte las acepciones que
Watzlawick et al (1981) ha esbozado en su teoría de la comunicación y
que constituyen la síntesis más acabada de lo que para la Escuela de Palo Alto es
comunicación:
(a) No es
posible no comunicarse, lo que equivale a decir que conducta es igual a
comunicación;
(b) así mismo
ésta tiene dos aspectos o dimensiones, uno contenido y un aspecto relacional;
el segundo califica al primero y es, por ende, una metacomunicación.
(c) Una serie
de comunicaciones puede entenderse como una secuencia ininterrumpida de
intercambios (puntuación de secuencia de hechos).
(d) La
comunicación tiene un nivel digital y otro analógico. Y
(e) Todos los
intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios,
según se basen en la igualdad o en la diferencia.
Si bien Satir no reflexiona sobre los principios
sistémicos de la comunicación, sus definiciones y ejercicios encontramos una
puesta en práctica muy eficiente de los mismos:
Principios de Totalidad y como la suma
de elementos no hace el todo. No es solo analítico (descomponer para estudiar
las parte); se trata se estudiar el todo con las partes interrelacionadas en la
interacción;
El principio de Interrelación e interdependencia
de objetos, tributos y acontecimientos;
El Principio de causalidad circular: el
comportamiento de cada actos del sistema forma parte de un juego
(implicaciones, acciones, retroacciones) y las estructura del orden / desorden
(Entropía / Negentropía) con las que el facilitador juega durante
la terapia (Cf. Marc y Picard, 1991).
Para comunicarse adecuadamente es necesario que las
personas aprender a obtener / recibir información que necesitan de los otros;
aprender a comunicarse con claridad, esto en principio quiere decir que el otro
sepa lo que pensamos y sentimos con claridad:
a) lo que hemos
aprendido o lo que creemos saber.
b) Lo que esperamos de otros.
c) Cómo interpretamos lo que otros hacen
d) Cuál es la conducta que nos agrada y cuál es la que nos desagrada.
e) Cuáles son nuestras intenciones
f) Cuáles es la imagen que otros nos dan de ellos mismos.
b) Lo que esperamos de otros.
c) Cómo interpretamos lo que otros hacen
d) Cuál es la conducta que nos agrada y cuál es la que nos desagrada.
e) Cuáles son nuestras intenciones
f) Cuáles es la imagen que otros nos dan de ellos mismos.
Esto no siempre es tan fácil, en principio por el
carácter polisémico del lenguaje, las connotaciones que las palabras y acciones
pueden tener. Una misma acción-signo puede connotar diferentes cosas. Satir
encuentra en “el significado real de la palabras” uno de los principales
problemas en la comunicación interpersonal. De los problemas más comunes por el
significado y uso de las palabras están:
a) La generalización:
un caso es igual a todos los casos.
b) Intolerancia. Lo que a “mi” me gusta (disgusta) tendría que gustarle (disgustarle) a los demás
c) Las propias evaluaciones son completas (por tanto no se puede poner en “tela de juicio”
d) Naturalización: se dan por natural las cosas, las cosas son como son y no vana cambiar (“ella no cambiará, así es”)
e) Dicotomización (ella me quiere o no me quiere; este grupo es bueno o mala)
f) Enjuiciamieto: se cree que las evaluaciones corresponde al “ser” de las personas (“ella es fea”; “él es egoísta”)
b) Intolerancia. Lo que a “mi” me gusta (disgusta) tendría que gustarle (disgustarle) a los demás
c) Las propias evaluaciones son completas (por tanto no se puede poner en “tela de juicio”
d) Naturalización: se dan por natural las cosas, las cosas son como son y no vana cambiar (“ella no cambiará, así es”)
e) Dicotomización (ella me quiere o no me quiere; este grupo es bueno o mala)
f) Enjuiciamieto: se cree que las evaluaciones corresponde al “ser” de las personas (“ella es fea”; “él es egoísta”)
El comunicador funcional no da las cosas por supuesto,
no asiente o disiente sin más; explica y pide explicaciones, escucha y pregunta,
explora posibilidades para explicar o comprender mediante nuevas preguntas,
ejemplos. Satir resume que una persona que se comunica claramente puede
expresar con firmeza su opinión, aclarar y clarificar lo que se dice, pedir la
réplica, ser receptivo a la replica que se resumen en las tres habilidades
básicas para la comunicación: saber escuchar, retroalimentar y confrontar. La
comunicación no es solamente expresarse con elocuencia, sino y sobre todo
dirimir y negociar, resolver y encontrar puntos comunes, como construcción de
un proceso.
Satir es consciente que no podemos en nuestras
interacciones estar pidiendo retroalimentación, casi no tendríamos tiempo de
decir lo que pensamos. La comunicación es disfuncional cuando el patrón
dominante en la interacción es la generalización, la dicotomización, la
naturalización o cualquier otro mecanismo. La comunicación “absolutamente”
clara no es posible porque la comunicación es por su naturaleza misma,
incompleta; hay grados. El comunicador disfuncional deja al receptor buscando a
tientas y adivinando qué hay dentro de la cabeza.
Optimista como se desprende de la lectura de su obra y
algunos testimonios de quienes le conocieron, Satir gusta en el común estilo
estadounidense, de sugerir recetas, dar formas y atisbar soluciones específicas
a los problemas más complejos de comunicación, lo que no puede desdeñarse de su
compromiso práctica por mejorar las relaciones humanas.
Para Satir la importancia de la comunicación es vital.
Todos los seres humanos, salvo aquellos que carecen de algún sentido (vista,
oídos, tacto, etc.), poseen los mismos elementos para comunicarse: Su propio cuerpo,
el cual se mueve y tiene forma propia; valores, es decir, aquellos conceptos
que representan su estilo de vida; sus expectativas, provenientes de
experiencias pasadas; sus órganos de los sentidos; el lenguaje y su parte
intelectual que incluye lo que la persona ha aprendido de sus experiencias
pasadas, lo que ha leído y lo que se le ha enseñado. La clave para tener
relaciones básicamente favorecedoras del crecimiento, la salud y el bienestar
es la comunicación.
La comunicación es el principal mecanismo en las
interacciones que los seres humanos establecen, a través de ella se conocen y
se negocian los espacios en la vida cotidiana, al igual que se entregan o
vivencian las creencias, las costumbres y los estilos de vida propios de cada
familia, comunidad o espacio social al que se pertenece.
La forma en que nos comunicamos puede afectar lo que
sentimos respecto de nosotros mismos, de los demás y las situaciones; esos
sentimientos afectan en distinto nivel y grado nuestras interacciones que se
traducen en pensamientos, sentimientos, respuestas corporales. Estudiar la
comunicación es hacerlo de la manera como las personas reaccionamos en distinta
situaciones e indagar por el significado que tiene para cada actor los hechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario