EL SINDROME DEL NIDO VACIO. EL COACH UNA BUENA SOLUCIÓN
SIGNIFICADO:
Para algunos padres, el momento de la emancipación del
último hijo que vivía en el domicilio familiar es uno de los momentos de mayor
vulnerabilidad, de mayor fragilidad desde el punto de vista psicológico, se
pueden presentar desajustes emocionales y se plantea un período muy difícil
para aquellas personas que han construido su proyecto vital sobre la base de
una familia.
Los sentimientos que se desarrollan corresponden a una
desadaptación, un mal afrontamiento de una situación social actual y que puede
etiquetarse como un trastorno afectivo enmascarado, de características
depresivas donde reinan los sentimientos de tristeza y de pérdida.
Las personas que lo padecen muchas veces no son conscientes
de lo que les pasa y acuden a la consulta del médico por dolencias físicas,
aunque suelen delatarse con expresiones como: “la casa está vacía“, “me
falta algo“, “hay un silencio deshabitual“, etc.
El ser consciente de la situación es ya un paso hacia la
adopción de medidas correctoras que supongan el correcto afrontamiento de la
situación. Aunque suele decirse que es la mujer quien más lo padece, pues
muchas han dedicado su vida en exclusividad a la maternidad y a la crianza de
sus hijos, existen por supuesto multitud de casos, por diferentes motivos, en
los que es el padre el más afectado.
SINTOMAS:
Para muchas personas mayores
el alejamiento de los hijos al independizarse les hace reflexionar sobre su
lugar propio en este mundo y sobre la validez de su aspiración vital. Es lo
mismo que puede ocurrir a aquellas personas que se dedican a cuidar a un
enfermo (familiar, padre o hermano) durante toda su vida y el día que éste
fallece deja un vacío total en la existencia de su cuidador.
El mayor tiempo libre con el que cuenta la
persona en la nueva situación es vivido desde la anhedonia (incapacidad de disfrute) y desde la carencia
de un papel sustitutivo inmediato que hace que aparezcan sentimientos de
inutilidad.
- La persona que queda sola en el domicilio familiar experimenta sentimientos de soledad, una percepción súbita del paso de los años y la obligatoriedad de recuperar un papel de pareja que probablemente no se ha trabajado durante muchos años.
- Otro síntoma importante es la apatía, pues la persona que se queda en el domicilio familiar no se siente con ganas de comenzar ninguna nueva actividad ni se siente capaz de resolver situaciones.
- A menudo puede ocurrir que los padres den la sensación de querer inquietar a los hijos que se han marchado del hogar, creando una preocupación en ellos que es sin duda un reclamo de atención.
RESPUESTAS
Una buena consigna en este sentido sería intentar visualizar
la nueva situación, en lugar de cómo una pérdida, como un periodo de creciente libertad y posibilidad de
autodesarrollo.
Además será bueno asumir que la relación entre los padres y
los hijos que se han marchado de casa se convierte ahora en una relación
entre adultos que puede resultar muy gratificante, aunque diferente al
tipo de relación padres-hijos que han venido manteniendo durante los años de
convivencia, pero igualmente sana y llena de respeto y cariño.
Para los padres que quedan en el domicilio familiar, éste
sería un buen momento para realizar actividades que quedaron relegadas durante
tantos años al priorizar el cuidado de los hijos. Ahora pueden aprender algo
nuevo, dedicarse a un hobby, viajar, etc., dentro de las preferencias y
posibilidades de cada persona. Es el momento de disfrutar quizás de mayor
libertad en muchos sentidos y de asumir menos responsabilidades.
También es momento de recuperar las actividades en
pareja que se han ido progresivamente dejando en un segundo plano a favor
de los hijos. Muchos matrimonios aseguran sorprendidos que la relación entre
ellos ha mejorado desde que se han quedado solos en el hogar familiar, pues no
les ha resultado difícil recuperar lo que tuvieron en su momento, tiempo para
disfrutar de la vida y de pasar tiempo en pareja.
Esto es lógico desde el punto de vista de que el nacimiento
y la crianza de un hijo, aunque sin duda llena de satisfacción a la pareja,
también añade estrés a la relación, al verse limitado el tiempo diario a las
responsabilidades familiares y al ritmo frenético de las tareas domésticas,
unido a las limitaciones económicas inevitables.
Una vez solos los padres, con mas tiempo para el dialogo y
para ellos mismos, es posible una mejora en la cantidad y en la calidad
del tiempo compartido. Resulta muy positivo que intercambien entre ellos sus
pensamientos, pues verán que los sentimientos de soledad y de vacío que puede
sentir cada uno de ellos se llevan mejor si son puestos en común y comentados
con su pareja.
ENFOQUE OPTIMISTA:
En primer lugar, considero fundamental el hecho de que los
padres se sientan orgullosos de la marcha del hogar familiar por parte de
los hijos. Hoy en día y debido a múltiples factores, en su mayoría económicos y
laborales, los jóvenes se encuentran con especiales dificultades a la hora de
lograr una independencia del hogar familiar.
Los años de formación se amplían cada vez mas y
progresivamente se tiende a una mayor exigencia por parte del mercado laboral,
que en sus bolsas de trabajo solicitan ya de manera casi imprescindible el
hecho de poseer una licenciatura, un master, hablar algún idioma además del
nativo, poseer conocimientos de informática y además haber adquirido una
experiencia laboral.
Parece sencillo de hacer, pero en realidad esto supone años
y años de estudio y de esfuerzo económico por parte de la familia, pues los
estudios superiores y de posgrado no resultan en absoluto asequibles para la
mayoría de los estudiantes.
Así pues, ¿no resulta enormemente gratificante para una
madre ver como su hijo ha adquirido la estabilidad necesaria como para
independizarse? ¿No debe sentirse un padre orgulloso al ver a su hijo
enfrentarse a la vida con los recursos que el mismo le ha podido proporcionar?
La vida es una sucesión de etapas y la emancipación de los
hijos es una de las que mas se puede disfrutar si se observa desde un prisma
positivo. Los hijos siempre van a necesitar a sus padres, buscarán su
experiencia en forma de enseñanzas y de consejos, su cariño, su ayuda diaria,
buscarán que sus padres les resuelvan tantas dudas que surgen cuando uno
abandona el nido por primera vez…
Y para los padres que permanecen en el hogar familiar, tener
la mente siempre activa y positiva, comenzar esas actividades que tantos años
se han ido posponiendo, disfrutar de la pareja, de la tranquilidad, de viajar,
del tiempo para uno mismo y para ayudar a otros que lo necesiten, pues esto
ultimo es lo más gratificante del mundo…
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